El estigma, la violencia y la discriminación contra las personas LGBTI contribuyen significativamente a su exclusión de la sociedad, limitan su acceso a los servicios sociales y de salud e impiden su desarrollo social y económico.
Aunque se han hecho muchos avances importantes, las actitudes homofóbicas y transfóbicas, a menudo combinadas con leyes punitivas y/o falta de protección legal efectiva contra la discriminación, continúan exponiendo a muchas personas LGBTI en todo el mundo a graves violaciones de sus derechos humanos.
Actualmente, 70 Estados siguen criminalizando los actos sexuales consentidos entre personas adultas del mismo sexo y en 12 Estados se permite castigar tales actos con la pena de muerte. Muy pocos países reconocen legalmente la identidad de género de las personas transgénero, y solo dos países (Malta y Chile) ofrecen legislación dirigida a proteger los derechos de las personas intersexuales. Aun en países donde las leyes punitivas han sido derogadas y las actitudes sociales están cambiando, las personas LGBTI continúan siendo excluidas de muchas esferas de la vida y siguen siendo blanco de estigma, discriminación y violencia.
Una comprensión cabal de los impactos enormemente negativos en los derechos humanos y el desarrollo humano sostenible que causa la discriminación de las personas LGBTI es fundamental para su acción parlamentaria eficaz en cuanto a los problemas de las personas LGBTI.